Cosas que aprendi despues de los 30

Estaba yo esta tarde frente a una multitud de productos cosméticos de fragancias, colores, olores, texturas y funcionalidades diferentes cuando me di cuenta de que no tenía ni idea de qué comprar. Los hombres pensaréis que esto es fácil, pero no… todo se parece demasiado, y puedes acabar comprando algo que ‘no va con tu tono de piel’… ¡menudo problema!

Pero me he decidido por esa sombra de ojos color verde que desde hace tanto tiempo admiraba en silencio y que ahora está en casa conmigo. No soy una chica de gustos caros, sobre todo porque mi nómina (aún) no me lo permite; pero de vez en cuando viene bien comprarte esos ‘pequeños detalles’ porque tú lo vales. Hoy fue uno de esos días.

Qué rollo esto del maquillaje, ¿no? Si has sobrevivido a los dos primeros párrafos es que quieres saber qué cosas he aprendido después de los 30, y ahí vamos…

Todo empezó cuando me dirigí hacia el desmaquillante y tuve que reconocer que desde hace meses no me compraba uno y estaba muy desactualizada. Nunca tuve problemas de piel y de hecho siempre me dicen que aparento menos edad de la que tengo (lo cual me gusta creer, para qué negarlo), pero después de los 30 no puedes sobrevivir sin un buen desmaquillante. Y sí… esto lo he aprendido después de los 30. ¿Importa? No demasiado… lo verdaderamente importante es que:

• Aprendí que si no soy quien quiero ser, debo intentar serlo.
• Aprendí a disfrutar de lo que la vida me ofrece, a pesar de los fracasos.
• Aprendí que las personas en las que más confías pueden fallarte.
• Aprendí que no sirve de nada estar siempre preocupada, porque la solución no depende de ello.
• Aprendí a perdonarme mis errores, por mucho trabajo que eso me cueste.
• Aprendí que la música es sólo eso… música y no debe ir por defecto ‘asociada’ a los malos momentos de mi vida.
• Aprendí a mirarme en el espejo admitiendo lo que no me gusta de mí, buscando la manera de cambiarlo. Y no… no me refiero al reflejo, sino a lo que hay detrás.
• Aprendí a conocer y reconocer a mis padres, porque quizá yo algún día cometa los mismos errores y acierte en las mismas batallas.
• Aprendí a valorar a los poc@s amig@s que tengo, estén donde estén.
• Aprendí a no dejarme vencer por la debilidad que me ha acompañado durante tantos años.
• Aprendí que aquello que creía que me hacía feliz, quizá no era simplemente mi destino.
• Aprendí a no callarme lo que siento y a guardar silencio cuando lo creo conveniente.
• Aprendí a no dejarme llevar siempre por mis impulsos y emociones. En ocasiones, lo de contar hasta 10 funciona.
• Aprendí que lo que hice, lo que viví, lo que amé, lo que admiré, lo que entregué y lo que no; ya forma parte del pasado.
• Aprendí que el tiempo que perdí ya es irrecuperable por lamentable que sea y que debo mirar hacia adelante.
• Aprendí (creía haberlo aprendido antes, pero no) que todo pasa por algún motivo, y que realmente lo que no te mata, te hace más fuerte. Mucho más fuerte.
• Aprendí que los prejuicios sólo te impiden disfrutar de lo más puro.
• Aprendí que la vida aún me tiene muchas sorpresas reservadas.
• Aprendí que la riqueza de las personas se encuentra en lo que hacen, no en lo que dicen.
• Aprendí lo que realmente espero de la gente, aunque no siempre lo encuentre.
• Aprendí que no todo el mundo tiene malas intenciones, aunque la mayoría de las veces me lo parezca. Aún así soy muy desconfiada y por ahora, lo agradezco.
• Aprendí que en definitiva estamos solos ante la vida, que dependemos de nosotros mismos y de nadie más.
• Aprendí que la felicidad es algo que viene en frascos pequeños.
• Aprendí que no vale de nada lamentarse, porque pierdes en el camino lo esencial: tu fuerza.

Muchas de estas cosas las aprendí hace muy poco tiempo en realidad, por lo que a veces me pregunto: ¿Realmente las he aprendido? Por ese motivo, intento recordarlas día tras día.

Si las has aprendido antes de los 30 realmente te admiro y felicito, yo debería haber aprendido muchas de estas cosas antes, pero nunca es tarde… o eso dicen. Como propósito y para finalizar esta chorrada-entrada (porque todos aprendemos lo que debemos aprender en su momento) escribiré a continuación las…

Cosas que me gustaría aprender este año sin más demora:

• Que el tabaco mata. Lo he dejado ya unas cinco veces, ya es hora de que lo asimile definitivamente.
• Que la vida es muy corta. Suena a tópico, ¿verdad? Pero… ¿lo sabes?
• Que la vida realmente vale la pena, más allá de las piedras en el camino y lo que diga Julio Iglesias.
• Que debo arriesgarme más cuando creo en algo o en alguien, y que también debo aprender a alejarme a tiempo de situaciones o personas nocivas.
• Que si quiero ser feliz, debo dejar de proponérmelo y simplemente dejarme llevar…

Ya… ya lo dejo… pero sin poder evitar una de mis obsesiones como la música os dejo con una canción que escucho mucho últimamente, porque tiene una letra preciosa, que nos recuerda que mientras vivimos sólo estamos muriendo, entonces ¿Por qué perder más tiempo?

Depeche Mode "Damaged People" (Live in Milán, 2005)

PD: Hoy he pasado del blog seranimusfor (seriéfilo de animé musical formulero) y me ha dado por escribir esta entrada, quién sabe qué pasará mañana ;)


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