Sancho es realmente un gato precioso, pero lo más hermoso de él no se ve en las fotos. |
Sí, en mi línea de festejar el año de cada uno de mis niños en casa, hoy es el turno de Sancho Panza. Es mi manera de decirles: Feliz cumpleaños, feliz nueva vida y que sean muchos años más.
Os voy a contar cómo llegó Sancho a mi vida. Una fría tarde de noviembre, un año atrás, al volver a casa y tras salir del metro me llamó la atención un lindo gatito... que en un principio pensé que era gata por el parecido físico con nuestra preciosa Phoebe. Pero este era más del tipo gatazo, con morros de gato y otras cosas de gato. :P
Intentaré ser breve, porque ya he hablado del tema del triste abandono de gatitos y no quiero ponerme nostálgica ahora. Sólo diré que mi querido Sancho no fue la excepción.
Esta preciosidad de ojos verdes, mirada pura, cariñoso y adorable a rabiar fue abandonado. Pero eso sólo significó una segunda oportunidad, la verdadera oportunidad de encontrar todo el amor del que era merecedor.
Lo encontré casi a las puertas de la salida de metro de mi casa, donde hay una colonia de gatos (esa colonia, que un día habrá empezado un "ser humano") , rebuscando entre unos setos algo para comer. Me acerqué a él, porque sabía que no era un habitual y a los pocos minutos supe que me lo llevaría a casa.