Un año con Sancho (Panza): un gato con estilo =^_^=

Sancho es realmente un gato precioso, pero lo más hermoso de él no se ve en las fotos.

Sí, en mi línea de festejar el año de cada uno de mis niños en casa, hoy es el turno de Sancho Panza. Es mi manera de decirles: Feliz cumpleaños, feliz nueva vida y que sean muchos años más.

Os voy a contar cómo llegó Sancho a mi vida. Una fría tarde de noviembre, un año atrás, al volver a casa y tras salir del metro me llamó la atención un lindo gatito... que en un principio pensé que era gata por el parecido físico con nuestra preciosa Phoebe. Pero este era más del tipo gatazo, con morros de gato y otras cosas de gato. :P

Intentaré ser breve, porque ya he hablado del tema del triste abandono de gatitos y no quiero ponerme nostálgica ahora. Sólo diré que mi querido Sancho no fue la excepción.

Esta preciosidad de ojos verdes, mirada pura, cariñoso y adorable a rabiar fue abandonado. Pero eso sólo significó una segunda oportunidad, la verdadera oportunidad de encontrar todo el amor del que era merecedor.

Lo encontré casi a las puertas de la salida de metro de mi casa, donde hay una colonia de gatos (esa colonia, que un día habrá empezado un "ser humano") , rebuscando entre unos setos algo para comer. Me acerqué a él, porque sabía que no era un habitual y a los pocos minutos supe que me lo llevaría a casa.

Sancho el día que le rescaté. Estaba muy limpio y sólo tenía una herida en la nariz.

Se restregaba contra mis piernas (ya me estaba marcando como de su propiedad), me miraba con el rabo en alto y ronroneaba sin parar.
Me dejó acariciarlo. Le gustaba.
Me dejo hacerle mimos. Le encantaban.
Y cuando quise moverme para ver qué hacía, comenzó a seguirme.

¿Qué podía hacer? ¿Mirar hacia otro lado e irme a mi casa tan tranquila? Nunca. No puedo. Es superior a mi. ¿Qué hacer cuando un gato decide adoptarte? Quererlo, eso es todo lo que puedes hacer. Y cuidarlo, y protegerlo. Porque él confía en ti. ¿Cómo vas a despreciar semejante regalo?

Esta foto se la hice hace unos días, mientras dormía acurrucado junto a mi.

Al ver que me seguía con confianza, decidí intentar cogerlo en brazos. Puede parecer una locura, pero Sancho era especial, y captó desde el primer momento que mi única intención era ayudarlo. Lo cogí con más confianza y me rodeó el cuello con sus patitas delanteras recostándose y dándome calor.

Un gato (mi gato) me estaba abrazando. Nunca olvidaré ese momento.

Aún me abraza...  ♥

Pero un coche pasó, él se asustó, saltó de mis brazos y salió corriendo hacia la colonia, el único sitio seguro que conocía hasta el momento. Hubo un momento de pánico, pero sabía que no podía dejarlo. Y aún teniendo siete gatos en casa, fui a buscar el transportín.

Y ahí estaba esperándome otra vez.
Y Sancho se mudó a casa.
Y desde ese día me ha demostrado que esa fue una de las decisiones más acertadas de mi vida.

Posando para el Instagram.

Sancho es un gato encantador. Un rompe~corazones. Posee unos andares sin igual... una excelente forma física... y unos bigotes largos, largos.

Siempre que nos ve a mi novio o a mi, viene con el rabo en alto y agitándolo. ¿Sabéis qué significa eso? Que está feliz, feliz de vernos. Y nosotros de verle, sin duda.

Siempre le pillamos en estos gestos tan entrañables.

A Sancho le gusta dormir en la cama. Sea verano, invierno, otoño o primavera. Puede ser dentro o fuera, pero siempre cerca de sus papis.

Es como un peluchito. Le gusta que le rasquen el culete y la barbilla. Sigue abrazando y demostrando cariño todo el día. No sólo con nosotros, también con el resto de familia gatuna y otros humanos, amigos y familiares. Todos adoran a Sancho.

Hazme casito, Trece.

Inseparable de Phoebe. 

Sancho tiene adoración por Phoebe, pero también un cariño especial por Trece y las peques, con las que disfruta jugar y correr de aquí para allá. Aunque tanto ellas como su mami River, no son muy pacientes y acaban dándole candela. Pero eso no importa: Sancho las quiere a todas, porque Sancho sólo sabe querer.

El clásico culo con culo.

Y el abrazo de "winter is coming"

Sancho nunca ha bufado. Nunca. Nunca le hemos visto enfadado. Él siempre juega. Porque para él, la vida es divertida. Una buena oportunidad para trastear, curiosear, comer, dormir, saltar, correr y jugar un poco más.

Porque la vida de un gato puede ser maravillosa. Y la vida con un gato, lo es aún más. Pon un gato en tu vida (o más).

Ya casi me despido, no sin antes dejar más fotitos (no tengo control):

A Sancho le encanta dormir.

Y trastear por el ordenador.

Y en otros sitios...

Se cuela en el baño...
Sí, en el baño. Los que tenéis gatos sabéis que el concepto de intimidad cambia radicalmente con un minino en casa.

Como a todos (los gatos) en casa, le gusta comer la hierba gatera de mi mano. Es más diver...

Siempre tiene cara de no romper un plato. ^_^

Le gusta lavarse las patitas en el cuenco del agua y en la fuente.
También le gusta controlar sus dominios.

Siempre está bien acompañado...
Por cierto, ¿cuántos gatos hay en la foto?

Es guapo, guapo, guapo, guapo.
Y lo sabe.

Y tiene una mirada angelical.

A pesar de lo que parece, es muy tranquilo.
Un gato cachondo. :P

Y sí, se puede observar que le encanta dormir.

- Venga, tía, acaba ya con el post y dame mi latita de atún.

¿Qué le voy a hacer? Soy débil. Le daré ahora su latita de cumple-casa, no sin antes decirle...


Gracias Sancho.
Gracias por ser mi gatito, mi niño, por elegirme.
Gracias por ser tan compañero y divertido.
Gracias por mirarme con esos grandes ojos verdes llenos de amor.
Eres un gato muy especial, y te queremos un montón. Esperamos que siempre seas feliz.

Pon, pon.