El sinuoso circuito de Corea traía consigo la novena pole para Sebastian Vettel. Alegría en Red Bull, también porque su piloto número dos conseguía la segunda posición en parrilla. Fernando Alonso era tercero. Michael Schumacher estaba radiante (sin motivo aparente) e intercambiaba saludos con su paisano Vettel. Pero la mañana (tarde en Corea) del domingo, no se presentaba tan radiante, llegaba la tan temida lluvia y la carrera era retrasada diez eternos minutos.
¡Todos detlás del coche de lucecitas amalillas!
¡Pero qué es esto! ¿Me he despertado un domingo antes de las ocho de la mañana para ver una salida tras el omnipresente Safety Car? Pues va a ser que sí.